Diario de nuestro viaje a Bélgica y Holanda
Le Mont St. Michel
Es una curiosa formación rocosa, en cuya parte superior fue construida una abadía consagrada al arcángel San Miguel y del que recibe el nombre. Se sitúa en medio de una bahía arenosa a un par de Km. de tierra firme. Cuando la marea está baja, la roca sobresale del arenal, pero en este lugar del atlántico las mareas vivas suben muchos metros e inundan por completo la arena. Las mareas espectaculares de la bahía contribuyeron mucho a hacer del monte una fortaleza inexpugnable. Durante siglos únicamente era accesible por vía terrestre en los momentos de marea baja, y por vía marítima cuando la marea era alta. Actualmente se puede acceder a la abadía en todo momento gracias a la carretera que lleva a los pies de la roca. Se puede acceder por esa carretera hasta un aparcamiento a 100 m de la entrada del complejo.
Las vistas desde la parte superior son increíbles. La abadía ocupa la totalidad de la cima rocosa y está rematada por una figura del arcángel San Miguel en la cúspide. Por debajo y siguiendo el sinuoso recorrido de subida hay edificios antiguos, la mayoría de ellos convertidos actualmente en restaurantes, hostales o chiringuitos de recuerdos. En la parte inferior una muralla rodea todo el recinto, al que se accede por una puerta principal y otra lateral. El aspecto del conjunto es estilizado y su característica silueta de puede ver a muchos Km. de distancia.